El otro día descubrí en Aix en Provence el mejor restaurante de "fondue", podría decir de toda Francia pero sería demasiado subjetivo sin datos objetivos, el caso es que estaba buenísimo y no como piensa todo el mundo con esos platos enormes y porciones minúsculas, que va, son porciones muy generosas, ya os digo, los kilos siguen ahí. Y menos mal que mi intolerancia a la lactosa me mantiene alejada de su repostería, aunque no siempre, mas que buena.
Lo que no me explico es como los franceses están tan delgados, creedme la mayoría parece que no comen (es pura envidia ;-)) supongo que será porque hacen mucho deporte, así que me he apuntado a un gimnasio para integrarme más y a ver si así mis kilitos me abandonan.
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