
como podeis ver en las fotos la niña además de ser preciosa tiene ya dos añitos y claro no fue muy fácil mantenerr todos los rituales del bautizo con tranquilidad ya que la omilia fue un poco larga.
La madre estaba muy tranquila pero el padre, el pobrecillo estaba nerviosísimo, qué fácil se ve todo desde fuera.


Después de la Iglesia nos invitaron a un brunch en un club hípico de una ciudad al lado de Manosque.
Las familias de los dos, tanto del padre como de la madre, gente maravillosa, los amigos un poco cerrados, pero los franceses son un poco así, les cuesta mucho.
En fin algo parecido a lo que hacemos en España, la iglesia, la comida unas copas o mucho vino y unos regalitos para los invitados.
Nosotros nos lo pasamos genial y nuestros pequeños también, un día formidable entre amigos.
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