viernes, 22 de noviembre de 2013

Psicologia y cultura

Aunque soy española y siempre que voy a algún pais del norte todas las personas me dicen que soy super española temperamental, creo que llevo demasiados años fuera de España y quizá ya no sea tan española.

Todo empezó desde que me vine a vivir a Francia, entonces me dí cuenta de que no soy española. Demasiado alemana para ser española, noté como me molestaba que la gente no fuese super deprisa en los supermercados y también me molestaba que el cajero o cajera entablase una conversación con el cliente, la verdad es que sentí un impulso interior muy fuerte de pegarle un empujón a la cajera y hacerlo yo misma. Estaba acostumbrada en Alemania a llegar y hacer la compra en dos minutos muy deprisa y sin hablar con nadie y por supuesto, todo baratísimo, y en Francia o por lo menos aquí en el sur a la gente le gusta ir a comprar y conversar, hay colas inmensas y la gente no se inquieta, ni tiene prisa y tampoco se pone nerviosa, algo excepcional para alguien que se habia acostumbrado a tener siempre prisa.

Otra cosa por la que me dí cuenta de que soy muy alemana, son esas pequeñas mentiras que forman parte de la cultura francesa y me atrevería a decir española, al aleman le gusta mucho decir la verdad, pero toda la verdad, muy consecuente, en cambio aquí la gente por ejemplo de una empresa que nos ayudó a hacer el traslado, le estuvimos escribiendo emails a una cuenta privada de yahoo durante 10 días sin respuesta y cuando nos quejamos alegó que lo sentía que su hijo habia estado enfermo y que no podía acceder a su email privado..., una cuenta de yahoo, en fin me indigne como una enana, (mi madre me dice que me lo tomo todo muy a pecho), entonces y después de enfadarme mucho comprendí que forma parte de la vida francesa, ellos se cuentan historias inverosimiles de ciencia ficción y todos hacen como si se lo creyeran, sólo tienes que hacerlo tú también, no insultan tu inteligencia es como un juego, sólo tienes que formar parte de él.

Y yo que habia empezado a acostumbrarme a esos cabezas cuadradas de los alemanes, y a la seriedad y a hacer las cosas bien hechas y no de alguna manera y a saber lo que vas a hacer a cada hora y en cada momento, creo que tendré que volver a tranquilizarme y tomar las cosas menos a pecho.


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