
Llegamos por la mañana con lo que se supone teníamos todo el día para visitar la ciudad.
Decidimos simplemente bajar del barco y visitar la ciudad tranquilamente, ya que esta vez atracamos directamente en el puerto y no necesitabamos ser trasladados.
En cuanto bajas del barco y sales de la zona del puerto te abordan para venderte visitas guiadas a la ciudad en autobús, en carros de caballos, en guaguas, y te hablan en todos los idiomas que te puedes imaginar.


Despues subimos a la montaña donde tienen situada un monasterio, que excepto la vista no era nada excepcional y la otra iglesia situada al otro lado estaba cerrada.

Tengo que decir que esta ciudad fue una gran decepción, posiblemente teníamos que haber hecho la excursión que ofrecían en el barco para visitar las ruinas, seguro que es lo único interesante que ver, porque hacía muchísimo tiempo que no visitaba una ciudad tan suicia y poco agradable. No os la recomiendo, así que si vais de crucero y os ofrecen esta ciudad podeis quedaron tranquilamente en el barco que no os vais a perder nada, o coged la excursión que ofrecen en el crucero.
Debe ser un viaje genial, he estado en algunos cruceros y fiestas en barcos y poder disfrutar de un "hotel" mientras te vas desplazando a distintas ciudades es lo que más me gusta
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